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Riesgoso: salarios suben 22% en 2008.
Riesgoso: salarios suben 22% en 2008.
Fuente: Ámbito Financiero – Pág .9
Autor: Julián A. De Diego (Especialista en temas laborales)
Fecha: 20-08-07
El aumento de salarios previsto para el año 2008 será de entre 18% y 22%, según la estimación de los analistas. Sin dudas, no será inferior a la inflación proyectada, y nadie lo ubica en un valor menor al real de 2007 que los observadores estiman en 17%.
Cuando termine el año, el presupuesto salarial y los incrementos experimentados en el año 2006 de cada compañía serán los más altos e importantes de los últimos
quince años.
Los aumentos sobre las retribuciones reales oscilarán entre un piso de quince por ciento (15%) y un máximo de treinta por ciento (30%), aun cuando la mayoría se instaló en el promedio de alrededor de 22% o 23%.
Dos factores contribuyen a adoptar posiciones conservadoras, uno tiene que ver con el resultado de los ajustes del año 2007, que elevaron el piso salarial a un nivel récord desde la caída de la convertibilidad, superando ampliamente los índices de inflación reales.
El otro es el de la necesidad de una retracción en el costo laboral si se adoptaran medidas antiinflacionarias para un mercado que tiende a recalentarse. Para enfrentar el presupuesto hay que partir de la premisa de que los valores oficiales del INDEC no reflejan la realidad o, por lo menos, no la que venía reflejando hasta promediar 2005. De hecho, habrá que convencer a los accionistas, sobre todo a los
extranjeros, de que los parámetros oficiales no son representativos en
muchos aspectos de la realidad, y que habrá una clara dicotomía entre
lo oficial y lo oficioso, entre lo que publica el organismo estatal y lo que
analizan y estudian las consultoras privadas. También habrá que
buscar algún valor de consenso, dado que las consultoras privadas
cuentan con sistemas de evaluación confidenciales o no
estandarizados.
Desconfianza
En rigor, en nuestro país y en el mundo lo que se ha perdido es la confianza, y, por ende, todos desconfían de todos. Los acuerdos, los consensos, los pactos preexistentes, se han quebrado, y no parecen restablecerse. Por eso estamos donde estamos.
El otro efecto padecido este año es el proveniente de la distorsión salarial lograda a través de los conflictos, entre los que se destacan los generados desde el sindicato de camioneros, donde el factor de seducción no era otro que salarios más altos de las actividades que se pretendían copar. Con ello se logra una doble inercia, la de las apetencias sindicales con las aspiraciones de los trabajadores involucrados. Otro factor distorsivo fue el doble juego de los aumentos por sector (entre la cámara y el sindicato) y su descenso a nivel de cada empresa, ya que los acuerdos de actividad fijaron aumentos en general razonables y en línea con la inflación, mientras que los trabajadores experimentaban los efectos del deterioro de la canasta.
Este factor, más la intervención de grupos combativos de diversos orígenes, pero de ideología de izquierda, potenció reclamos en cada lugar de trabajo. La pirámide salarial también sufrió desequilibrios y alteraciones asistemáticas. Los trabajadores excluidos de convenio primero y los fuera de convenio, como los profesionales, en segundo lugar no registraron aumentos salariales en la misma proporción que la base. La incomodidad y la incertidumbre producen efectos inesperados, en especial en relación con la representatividad, y el sentido de la pertenencia, cuando se olvida el factor fundamental: los ingresos son un medio para trasmitir mensajes y configuran un componente de la estrategia de conducción y de la preservación del liderazgo. Los salarios tienen una referencia inobjetable: la inflación real.
No tiene demasiada relevancia si el INDEC es creíble o no, ya que alguien descubrirá la verdad, y en materia salarial el que gana para gastar sabe exactamente el valor de la canasta familiar, y ninguna estadística ni valoración macro, sea o no científica o transparente, lo hará cambiar de parecer.
La conclusión sobre el presupuesto para el año próximo es que los salarios y el costo laboral se ajustarán conforme la inflación real proyectada del año, y como es difícil de prever el futuro con tantas incógnitas como las que se presentan hoy, es fundamental que exista la posibilidad de una revisión basada en el principio de la teoría de la imprevisión, cuando ya estemos inmersos en los desafíos del año 2008.