
publicaciones

Gremios contra inflación oficial: piden ya aumento de 30% para 2008
Gremios contra inflación oficial: piden ya aumento de 30% para 2008
Fuente: Ambito Financiero – Pág. 6
Autor: Julián A. De Diego (Especialista en temas laborales)
Fecha: 25-09-07
El Presupuesto nacional estima la inflación para 2008 en menos de 10%, y los gremios reclaman ajustes que oscilan entre 20% y 30%.
Las empresas presupuestaron sus aumentos alrededor de la inflación real y, para determinarla, recurren discretamente a las mediciones de las consultoras económicas tradicionales. Todos enfrentarán los ajustes de los insumos y las tarifas, y la contradicción de los controles de precios desplegada desde la Secretaría de Comercio. La adhesión o el rechazo de la alianza de los gremios con el gobierno nacional los determinarán el porcentaje de los aumentos y la estrategia para lograrlos.
Tres plazos generan expectativas y presentan incógnitas, uno se extiende hasta el 28 de octubre, otro será el de transición entre el 29 de octubre y la asunción del nuevo gobierno el 12 de diciembre, y el otro a partir de esa fecha.
Hugo Moyano, desde la CGT oficialista, habla de 20% de aumento enarbolandola postura oficial para el próximo año, y los demás visualizan el anuncio como un testeo de lo que cada gremio hará dentro del marco de la estrategia sindical con el nuevo gobierno. Mientras «los gordos» esperan el curso de los acontecimientos, hablan de la canasta familiar y de la inflación real para proteger el salario real. A su vez, se mantienen en diálogo permanente con todos los que no quieren a Moyano, y que ahora son más de 70% de las agrupaciones sindicales reconocidas. Los líberos son José Rodríguez de SMATA y Gerardo Martínez de UOCRA. Rodríguez desarrolla su propia estrategia con las terminales automotrices, propiciando una negociación por vía de un acuerdo marco en materia salarial, sin perjuicio de los convenios por empresa que tiene con cada una de las grandes marcas. La UOCRA ha resuelto esperar por ahora dentro de las filas de la CGT moyanista. La UOM, la conducción más neutral y menos contaminada de los grandes gremios, siempre enfrentada con SMATA por razones de representación de los trabajadores del sector autopartista, es liderada por Antonio Caló (Pirelli-UOM sec. Cap. Fed.) y Naldo Brunelli (UOM siderúrgicos), quienes tienen aspiraciones en la futura conjunción y piden la inflación más una recuperación gradual, solicitud que es histórica como lo son los fundamentos y reclamos de la UOM.
# Revancha
Armando Cavalieri, de empleados de comercio, desde los «gordos» busca 30% sobre los salarios reales, estrategia que lo ha colocado a la cabeza de la recuperación del protagonismo de los dirigentes tradicionales. Luis Barrionuevo, mientras tanto, con sus catorce gremios rebeldes, renunció a la CGT y sigue aglutinando adhesiones, preparados para una revancha desde afuera. No tiene posición tomada sobre los aumentos y espera que otros hablen.
La CTA, postergada por la falta de reconocimiento de su personería, sigue presentando un cuadro complejo frente a los reclamos salariales, con organizaciones sindicales ligadas al Estado como los docentes y una parte de los empleados públicos, y con grupos de izquierda de diversa extracción y origen. Con ello, no tienen el rumbo determinado y, de hecho, en las próximas elecciones, tendrán un espectro totalmente atomizado de candidatos y posturas, que le han hecho perder la oportunidad de unir fuerzas. En rigor, el gran problema de la CTA es que no es una organización sindical de tercer grado, sino un ente que acopia a los grupos de izquierda frustrados y claramente minoritarios.
# Inviable
El cuadro es demasiado complejo para consolidar un frente sindical unificado que permita un pacto bajo el formato de un «acuerdo marco». Si vamos hacia un «pacto social», encaminados hacia un acuerdo de precios y de salarios, con otros temas ensamblados, la negociación colectiva de salarios es inviable. El pacto social puede ser un acuerdo marco operativo o programático. Si es operativo, el aumento salarial y de precios no tendrá otros pasos ulteriores, y se deberá aplicar en forma directa y manu militari. En cambio, si el acuerdo marco es programático, luego las partes deben suscribir un acuerdo posterior para determinar «cómo» se opera el aumento salarial en cada sector, sujeto a la homologación del Ministerio de Trabajo.
Esta alternativa es cavar la tumba del proyecto en sí mismo, ya que sabemos que sobre la base de las presiones y los conflictos habituales, un paso con el protagonismo sindical de por medio puede producir un acuerdo, que por alguna vía no respetará los límites del marco, y volveremos al probable desborde del costo laboral.