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Pacto social, puente de un nuevo plan económico?
Pacto social, puente de un nuevo plan económico?
Fuente: Ambito Financiero – Pág. 9
Autor: Julián A. De Diego (Especialista en temas laborales)
Fecha: 11-10-07
La UIA, AEA e IDEA recibieron la impronta de la senadora Cristina Kirchner de que su primer paso de gobierno será la búsqueda de un acuerdo plurisectorial y multipropósito sobre precios, salarios y otros parámetros fundamentales de la economía, dentro de un gran pacto social .
La convergencia en base a reglas claras y con un plazo predeterminado, sinceramiento de parámetros cuestionados sobre crecimiento inflación y desempleo, reacomodación de tarifas, precios y salarios, sacrificios equitativos para todas las partes involucradas, son algunas de las expresiones que se combinan con una suerte de gran acuerdo nacional para salir de la actual encrucijada.
La realidad es mucho más drástica que cualquier declaración de la dirigencia política, empresaria y sindical. En alguna medida, todos son responsables del statu quo actual. La inflación es el resultado de la reacomodación de los costos, en donde el laboral ha jugado un papel relevante. En rigor, es el único parámetro que ha operado con libertad en el marco de las negociaciones colectivas. En cambio, el resto de las variables está bajo controles, restricciones o congelamientos. El INDEC ha colaborado con lo suyo para contribuir a la confusión, y en medio de ellas, aparece la amenaza de una nueva y profunda crisis.
Hay una diferencia sustantiva entre el diálogo social con los pactos sociales. El primero es la posibilidad de que se creen mecanismos de concertación a través de la intervención convergente de todos los sectores, con el ánimo de forjar un acuerdo multisectorial. Es por ello, que una de las dificultades que hay que sortear tiene que ver con el grado de representatividad de los eventuales actores, y luego, con el grado de confiabilidad de las propuestas. Uno de los temas críticos del diálogo social de otras experiencias comparadas, sobre todo europeas, es que los entes representativos no lo eran, o siéndolo, generaron propuestas más ligadas a los deseos o intereses de la burocracia, que auténticamente, la surgida de cada sector relevante de la economía de un país, (Gino Giuni, Italia).
Paliativos
Los pactos sociales fueron famosos en la década del 80 en España después del Pacto de La Moncloa (1978), como un peldaño en camino de la inclusión de España dentro del Mercado Común Europeo, medio que le generó el crecimiento económico futuro. Si analizamos el devenir de los acontecimientos en España, los acuerdos sociales fueron sólo paliativos hasta llegar a su inclusión, (Efrén Borrajo Dacruz, España). En Italia, con los acuerdos marco interconfederales a partir de la iniciativa del gobierno italiano y en especial del ministro Scoti, (de allí que los acuerdos fueran denominados «los protocolos Scoti»), ocurrió otro tanto. Los acuerdos fueron sólo puentes hacia una apertura económica y social, pero en sí mismos no fueron trascendentes, salvo en lo que tuvieron de acuerdo político integral.
En realidad, los pactos sociales no son es sí mismos una solución, ni siquiera contenían instrumentos ni políticas activas, sino que conformaron y pueden conformar una suerte de puente hacia un nuevo plan económico y social. Si el pacto social es una fórmula para lograr el tan mentado sinceramiento, es o puede ser un objetivo deseable.
Toda la economía está debatiéndose entre la realidad y la ficción, donde un control de precios férreo contrapone con la inflación real que es el doble de la que enuncia el INDEC. Los salarios fueron pautados por el gobierno nacional en 16,5% -es bueno recordarlo- y terminan el año con un efecto en torno del doble. La crisis energética conspiró contra el crecimiento y en muchos casos produjo pérdidas significativas en producción y en rentabilidad. Con ello resulta claro -por ejemplo- que sin una mejora de tarifas para el sector energético, no es posible afrontar los desafíos del crecimiento sostenido, que requiere un plan de infraestructura quinquenal, como en petróleo, gas y agua.
Oportunidad
El Estado con subsidios no puede suplir las carencias objetivas ni las fisuras que acosan a la economías. Es por ello que volvemos a tener una oportunidad única de lograr un nuevo punto de inflexión. Se lo suele llamar «cross routes» o encrucijada, en donde si tomamos el camino correcto, la economía seguirá creciendo en forma sustentable. Si en cambio, seguimos operando en un mar de ficciones, los resultados serán inexorablemente ficticios.