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17 enero 2017

La reforma del Estado requiere simplificación e informatización

La reforma del Estado requiere simplificación e informatización

La reforma del Estado requiere simplificación e informatización

La reforma del Estado requiere de un leitmotiv y sin dudas hoy son la ‘simplificación‘ y ‘la informatización‘ de la administración pública, como ya lo han hecho con alguna eficacia algunos procesos como el del DNI, el Anses o como lo intentan hacer los tribunales nacionales. La razón del cambio no puede ser en sí misma los despidos masivos, la reducción de los puestos de trabajo, ni la rebaja de salarios, que son objetivos contrarios al universo de los dependientes del Estado, y que por razones obvias convocaría a los interesados y a toda la oposición para rechazarlo y resistirlo.

Otro tanto ocurre con la reforma laboral en donde el objetivo no es destruir lo existente, a lo que obviamente se opondrían la CGT y los trabajadores, sino que debe reconstruirse sobre lo ya hecho, y construir sobre lo que demanda el futuro. En otros términos, de nada sirve reducir los impuestos al trabajo (que por otra parte no generan nuevos puestos de trabajo) si no se reconstruye el sistema con una reforma integral e integradora con el resto del régimen impositivo, reformulando sobre todo los gravámenes regresivos.

De nada sirve revisar o derogar la legislación laboral vigente, que en gran medida es anacrónica y se ha fosilizado, sin tener en cuenta que sin hacer estos cambios que son “políticamente incorrectos” se puede legislar sobre ‘home office‘, ‘teletrabajo‘, y sobre los regímenes que demandan las nuevas formas de organizar el trabajo traspasadas por las nuevas tecnologías, sin hacer absolutamente nada en contra de los derechos de los trabajadores.

Los convenios colectivos de las nuevas explotaciones como ‘Vaca Muerta‘ tienen que ser objeto de un nuevo subsistema de relaciones laborales que respetando los derechos de los trabajadores, establezca condiciones aptas eficientes y competitivas, para afrontar un proyecto tan desafiante.

Por ahora y por enésima vez el Estado congela las vacantes, como primer y tímida medida, ineficaz por cierto, para presentar una excusa de un fallido año 2016 con un incremento sustantivo del empleo público, nuevamente con innumerables engendros y contrataciones anómalas.

Parece que el Poder Ejecutivo Nacional se ha impuesto a sí mismo los primeros pasos para bajar el gasto público con una suerte de congelamiento, que espero que sea sin reposición de las vacantes, y que parece dirigido más a propios que a ajenos, con el fin de disciplinarlos. En rigor, el nivel de deterioro de la burocracia estatal presenta hechos que parecen de ciencia ficción.

Que existan 3 empleados públicos por cada puesto que se requiere en términos razonables es una pequeña muestra de la maraña que conforman las estructuras nacionales, provinciales y municipales.

El ausentismo en la actividad privada es una calamidad cuando llega al 10%, y en las reparticiones públicas en general está totalmente descontrolado, al punto de que en promedio supera el 25%, lo que a su vez implica suplencias, cobertura de vacantes, y trabajadores eventuales que incrementan más aún el gasto público.

No se trata de luchar solo contra un sistema perverso, se trata de luchar contra una concepción muy arraigada en el sector público, que ha contribuido por sí o a través de los sindicatos que los representan a crear una maraña regulatoria de tal complejidad, que no solo hace muy difícil racionalizar el sistema, sino que se hace muy difícil modernizarlo. Al respecto ha contribuido en forma contradictoria la justicia a menudo en conflicto con la normativa administrativa que regula el empleo público; (‘Madorrán, María Cristina c/Administración Nacional de Aduanas s/reincorporación‘ CSJN 3-5-2007).

Heather Wang, Vice Presidente Global de Recursos Humanos de GE, en la conferencia dictada en el Posgrado de RR.HH.de la Escuela de Negocios de la U.C.A. destacó que para que las organizaciones alcancen el éxito es imprescindible desarrollar líderes globales, inspirados e impulsados a repensar con innovación y creatividad todas las operaciones en un marco de simplificación y de digitalización integral de todos los procesos, respetando la calidad de los bienes y servicios y protegiendo el medio ambiente. Todos y cada uno de estos elementos son herramientas fundamentales para lograr eficiencia y productividad que preserven la competitividad.

El Poder Ejecutivo ha reconocido que las reformas que deben llevarse adelante son imprescindibles y a la vez revolucionarias, es por ello, que el Estado, para comenzar por ‘casa‘, debería llevar adelante esta obra de reconstrucción y de construcción, simplificando informatizando y modernizando toda la organización. En otras palabras, construir y reconstruir sobre lo ya construido.

JULIÁN DE DIEGO

JULIÁN DE DIEGOProfesor de Derecho del Trabajo y Director del Posgrado UCA

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