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Negociación colectiva libre pero sin un plan económico
En el marco de la teoría de las perspectivas donde las personas toman decisiones en situaciones donde deben optar entre alternativas de riesgo es más fuerte la aversión a la pérdida que la ansiedad por lograr una ganancia (Daniel Kahneman -Premio Nobel de Economía 2002).
Publicado en El Cronista, 04 de febrero de 2020
En el marco de la “teoría de la utilidad esperada” en un modelo de elección racional cada resultado posible puede cuantificarse en orden a su utilidad, (teorema de la utilidad de Von Neumann -Morgenstern). Estos parámetros son los empleados por los gremios en el contexto de la crisis y de la incertidumbre que ha generado la estanflación (recesión + inflación). Hay que lograr todo lo que se pueda, de la forma más eficiente, prescindiendo de cualquier restricción.
En efecto, en el mundo sindical se apuesta más a no perder que a lograr una ganancia plausible. Prefieren flotar y sobrevivir que arriesgarse a ganar y fracasar perdiendo poder político o económico o representatividad. Es un fenómeno lógico, el descripto, en una economía donde el único factor de movilidad es la pérdida del valor venal de la moneda bajo el efecto destructivo de la inflación. La falta de un plan económico reclamado por los bonistas y acreedores demuestra que por ahora solo tiene prioridad refinanciar los próximos vencimientos.
La íntima relación entablada entre el Poder Ejecutivo con la CGT y con los dirigentes sindicales tradicionales, en alguna medida está afectando las decisiones en todos los planos, no solo en el ámbito laboral con los salarios y la mentada redistribución del ingreso.
Obsérvese que en la reunión realizada la semana pasada en el Sindicato de Sanidad conducido por Carlos West Ocampo y Héctor Daer la dirigencia debatió las restricciones propuestas por el Poder Ejecutivo respecto de suprimir las cláusulas gatillo y las cláusulas de revisión y hasta inclusive la posible suspensión temporaria de la negociación colectiva libre como se la conoce en la actualidad.
El Presidente Alberto Fernández había requerido el uso de sumas fijas y no de aumentos en base a porcentajes, el desacople de la indexación o de la actualización monetaria en los acuerdos de aumento de salarios convencionales por actividad, y la eliminación de cualquier tipo de clausula que importe un reajuste final en cada período como lo habrían propiciado en el gobierno del ex presidente Macri tanto desde el Ministerio de Triacca como en la devaluada Secretaría de Trabajo del Ministerio de la Producción de Dante Sica.
En la reunión los dirigentes sindicales advirtieron a quienes deseen escuchar, la vigencia de la libre negociación de los salarios, conforme lo logre cada sector, y que nadie se debe sentir condicionado por las intervenciones del Poder Ejecutivo como lo hizo a través de la suma fija de $3000 en enero y $4000 a partir de febrero del decreto 14/2020 que será siempre computado como un mecanismo de apoyo accesorio y que aporte una mejora de las bases, con el fin de incentivar aumentos para los que menos ganan. De hecho, Sergio Palazzo (Bancarios) exhibió con éxito su acuerdo salarial como una fórmula para adecuar los acuerdos salariales a la coyuntura por encima de la inflación.
Los dirigentes destacaron que la cláusula gatillo dependerá de cada caso y de la situación de cada actividad y de hecho algunos dirigentes la exigen sin ninguna reserva. Sergio Sacia (Unión Ferroviaria) Maturano (Unión Ferroviaria) Cavalieri (Empleados de Comercio) Carlos Sueiro (Aduana) Rodolfo Daer (Alimentación) Oscar Mangone (Gas), Amadeo Genta (Sutecba) reafirmaron que la negociación colectiva es uno de los pilares del movimiento sindical organizado y el mejor escenario para preservar su protagonismo.
Sin el circuito de negociación salarial la dirigencia sindical no tendría participación en el curso de la economía del futuro sostienen.
En síntesis reafirmaron la negociación salarial libre frente a los controles de precios, a los congelamientos de tarifas peajes y varios, y a restricciones en materia de subsidios. El sector sindical se queja de que las empresas están desbordando nuevamente los precios y con ello, vuelven a contribuir con la inflación, sin embargo, para que la economía vuelva a crecer, será fundamental el desarrollo de las empresas en forma predecible y sustentable.
Habrá que ver cómo reacciona el Ministerio de Trabajo, en donde las negociaciones se están desarrollando con regularidad gracias al fuerte compromiso del Ministro Claudio Moroni y del vice ministro Marcelo Belotti y los equipos técnicos que lo secundan.
La atención de la crisis y la emergencia implica asistir a los que más necesitan, rescatar o preservar la continuidad de los empleadores, y trazar un puente que una el status quo actual caracterizado por la estanflación con un modelo de corto o mediano plazo que se base en la inversión, el ahorro y el crecimiento económico. La trazabilidad implica la generación de medidas que sean compatibles entre sí, y que respalden los objetivos con cierta consistencia. En rigor, es una grave inconsistencia que haya paritarias libres y no se cuente con un plan económico que contribuya vigorosamente al desarrollo de nuevos negocios, y a la inversión en un contexto de estabilidad y crecimiento.
De nada sirven los mecanismos de promoción, si no se acoplan los medios utilizados con un plan que motorice el sector de que se trata. Verbigracia, el auge del turismo interno y receptivo debería estar acompañada de medidas que favorezcan el ingreso de turistas desde el extranjero como el tax free, la habilitación de nuevas rutas aéreas, y la difusión en las embajadas y consulados de los centros turísticos internacionales que posee la Argentina y otras. Las exportaciones necesitan el apoyo estatal en asesoramiento, financiación, gestión de las operaciones, y simplificación de los trámites cuando se trata de las pequeñas y medianas empresas que cuentan con productos demandados en el exterior. Es el caso de los frigoríficos, los chacinados, los productos regionales, y el desarrollo de los unicornios.
La libre negociación de convenio debería reconducirse hacia el convenio de empresa, con disponibilidad colectiva, que permita canalizar la aplicación de las nuevas tecnologías, y en particular, las nuevas formas de organizar el trabajo.
El trabajo divorciado del capital genera inconsistencias que acumulan ineficiencia y pérdida de competitividad. El camino hacia los nuevos mercados no se desarrolla por inercia o por la ley de gravedad. Requiere de mecanismos de incentivación subjetivas, y de una óptima relación entre precio y calidad. Ninguno de estos objetivos se puede lograr con paritarias libres sin el desarrollo económico de las empresas.
Por Julián A. de Diego.
Director del Posgrado en RR. HH. Escuela de Negocios de la U.C.A.